domingo, 6 de junio de 2010


SANTA APOLONIA
Santa Patrona de los Odontólogos y de las Enfermedades Dentales


En tiempos del Imperio Romano, bajo el régimen del Emperador Filipo, El Árabe, se llevan a cabo persecuciones, torturas y asesinatos contra los cristianos y su religión. Surgen también, muchos mártires porque eran creyentes de la fe que profesaban y preferían entregar su vida antes que renunciar a Cristo Jesús.

Los Padres de la Iglesia ante esta situación mantenían comunicación unos con otros mediante cartas y es en una de ella que se conoce de una mujer llamada Apolonia, quien era hermana de un eminente magistrado de Alejandría. Mujer virgen de avanzada edad que siempre se caracterizó por las virtudes de castidad, piedad, caridad, austeridad y limpieza de corazón. El Obispo de Antioquía, Fabio, recibió una carta de parte de San Dionisio, Obispo de Alejandría donde explicaba las terribles persecuciones dadas en la ciudad de Alejandría.



El gobernador de Alejandría influenciado por un adivino que se hacía llamar Divino, ordenó injustas represalias contra los cristianos y su religión, ya que según el adivino, ellos atentaban contra el Imperio y por consiguiente su monarca. Este adivino azuzó a las turbas paganas provocando muerte y destrucción a los cristianos que allí vivían.

En una de esas pesquisas, capturaron a Santa Apolonia y la sometieron a horribles torturas para que dijera lo que ellos le ordenaban que fueran una serie de improperios y blasfemias contra Cristo. Al negarse, la turba se enojó y un despiadado perseguidor cristiano le lanzó un poderoso golpe a la cara rompiéndole de esta forma sus dientes que se le cayeron en pedazos. La Santa, con la cara sangrienta, no escuchó ni obedeció a sus torturadores y éstos en vista que no conseguirían nada decidieron amenazarla con una enorme hoguera a las puertas de la ciudad, proponiéndole que si no rechazaba a Cristo, sería quemada atada a un palo.

Exhausta, Santa Apolonia, hace suponer que iba pensar lo que se le proponía y les pide que le desataran las manos para elevar sus últimas plegarias al cielo. Los soldados lo hacen y en menos de lo esperado Santa Apolonia salta por voluntad propia a la hoguera ardiente para evitar renunciar a su amada religión. Mientras tanto, la Santa les decía que cuando sufrieran de problemas y dolencias dentales, invocaran su nombre, pues ella intercedería ante el Todopoderoso para aliviar sus penas. De esta manera ofrecía su dolor propio por el de quién pudiese sufrirlo después.

Los perseguidores junto al gobernador quedaron atónitos al ver que a pesar del fuego, las llamas no la consumían ni le hacían daño alguno, al verlo trataron incansablemente de golpearla para que muriera, pero la mano del Altísimo la protegía. Finalmente fue degollada.

Aún cuando en la carta se habla de una mujer madura, al ser representada, su imagen en frescos, pinturas o esculturas, se representa como una joven y hermosa virgen, que sostiene en su mano un fórceps con una molar extraída. Otros artistas la describen con un diente dorado colgado de su cuello.

A pesar que la Santa era de oriente, la iglesia occidental es quien la venera, no así la iglesia de oriente, ya que interpretan el acto de valentía de Santa Apolonia como un acto suicida. Pero es San Agustín quién nos explica años más tarde, que se trató de un acto invocado por el Espíritu Santo lo que llevó a esta Santa a comportarse así.

Su muerte se dio en el año 249, siglo III D.C., pero no fue sino hasta 50 años después que la canonizaron. Su día de veneración es el 9 de Febrero y se le considera la Santa Patrona de los Odontólogos y de las Enfermedades Dentales. De allí que sea invocado su nombre cuando hay un dolor de muelas.

El servicio de nuestra carrera esta en nuestras manos, pero el don nos viene de Dios


ORACIÓN A SANTA APOLONIA

Estaba Santa Polonia
En la puerta de su casa;
La Virgen pasó y le dijo:
¿Qué haces Polonia de mi alma?
Aquí estoy Señora mía,
No duermo sino velo,
Que de un dolor de muelas
Dormir no puedo.
La Virgen le dijo: Agárrate
De este niño reluciente
Que tengo en mi vientre
Y jamás te doldrán
Ni muelas ni dientes.



Los primeros odontólogos eran, pues, médicos generales que ejercían la práctica dentaria y hacían extracciones. Durante los primeros siglos de nuestra era se empezó a conformar un plan de estudios que comprendía anatomía, fisiología, farmacología, patología y terapéutica. En el año 200, Septimus Severo introdujo un examen. Años más tarde, Alejandro Severo hizo de los médicos empleados oficiales y fundó una caja de auxilio para estudiantes
pobres pero aplicados.

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